El camino de la granja a la mesa puede tocarnos la fibra sensible. Nos conecta con nuestro pasado colectivo... con algo que nos falta. Quizá a una época en la que la comida era más sencilla, en la que la vida era más sencilla. Los agricultores en el campo antes del amanecer... plantando, cuidando, criando animales, cultivando productos. Un camionero cargando un cargamento y dirigiéndose por una polvorienta carretera a la siguiente parada del viaje. La cadena de montaje de la planta de procesamiento, la tienda del supermercado, la tienda del mercado agrícola, la tabla de cortar del chef... hay mucho trabajo en ese camino. Un trabajo duro y agotador. A veces peligroso, a menudo sin gratitud ... pero es un trabajo honesto, el tipo de personas que se enorgullecen. Lo que pasa con estos inmigrantes que vienen a nuestro país hoy en día... eso es lo que traen a la mesa también. Tal vez los buenos viejos tiempos han vuelto. Bienvenidos.